El poder: ¿En manos de personas o de instituciones?

Uno de los proyectos que ha deseado presentar el actual gobierno de Colombia, es el de reformar la Justicia. Quiere el gobierno nacional aumentar, en teoría, los periodos de los magistrados de las altas cortes de ocho años a doce años. Todo es un proyecto, no hay nada formal.

Lo anterior me hace pensar en el tiempo que deben permanecer los gobernantes en el poder. En Estados Unidos, por ejemplo, los jueces de la Suprema Corte son elegidos de manera vitalicia, y el presidente puede permanecer en el poder hasta por ocho años. En Colombia recientemente se aprobó la reelección presidencial, lo que significa que el Jefe de Estado y de Gobierno también podría estar en el poder hasta por ocho años igualmente.

En Europa las monarquías son vitalicias, y los jefes de gobierno también pueden estar en el poder hasta por una década o más en el poder. En Venezuela, Chávez ya lleva más de una década en el poder, en Cuba Fidel Castro duró más de cuarenta años a la cabeza del gobierno en su país. Y en Corea del Norte, el presidente Kim Jong Il le pasó el mando a su hijo Kim Jong Un.

¿Es bueno que una persona esté en el poder por muchos años? La respuesta podría sonar de perogrullo, ya que no es ni bueno ni malo per se. Depende de las personas, en primer lugar, si son buenos o malos gobernantes, y de si tienen la suficiente autoridad moral e intelectual para no corromperse. Sin embargo, para evitar riesgos, las normas constitucionales han establecido en la mayoría de los Estados unos periodos en los cuales se puede ejercer el poder por una misma persona.

Los periodos son medianías, donde ni mucho ni poco, y me parece que así debe ser, lógicamente dependiendo del cargo. Para el caso de los magistrados no se puede establecer un periodo muy corto, porque no habría consistencia o estabilidad en la jurisprudencia, empero, doce años ya es demasiado porque lleva a una personalización de la función. En el caso de los Estados Unidos, donde los jueces de la Suprema Corte son elegidos de manera vitalicia, el asunto ha funcionado en teoría, sin embargo, en algunas ocasiones estos jueces llegan a edades muy avanzadas para ejercer su cargo lo que no les deja maniobrar como tendría que ser.  

La naturaleza del cargo determinaría la duración del periodo en el cual se ejerce el poder. Por ejemplo, un presidente de la República está bien que tenga el poder hasta por ocho años, más allá no sería bueno para la institucionalidad. Un rey, generalmente ejerce de manera vitalicia, por costumbre, y porque en las modernas monarquías su poder está muy restringido. 

La institucionalización del poder es necesario, la frase del rey Luis XIV "El Estado soy yo" puede generar muchos problemas en los Estados modernos, los sistemas de poder deben operar por el mandato de normas jurídicas y no por caprichos personales, en fin, el Estado de derecho debe ser una realidad y no una ilusión democrática. El poder en manos de instituciones y no de personas es lo deseable, aunque las instituciones las integran personas, pero su poder está limitado por sistemas normativos y por directrices políticas y sociales.

El Derecho ha progresado desde que el poder se ha limitado. El Derecho es un instrumento para limitar la personalización del poder en beneficio de la institucionalidad, que es lo deseable. Los periodos de los gobernantes debe estar limitado de manera conveniente, no deben ser muy cortos, ya que crearían inestabilidad e inseguridad, pero tampoco deben ser muy largos porque no estimularían los cambios y los nuevos desarrollos, y en casos depravados producirían corrupción y burocratismo.  

1 comentario:

Francisco dijo...

Gracias por el enlace, lo visitaré.