Brexit: ¿Populismo o afirmación de soberanía?


Ya lo saben todos: el Reino Unido –mediante referendo- decidió salirse de la Unión Europea; este proceso se denominó como “Brexit”. De hecho, este Estado hacía parte de ese organismo supranacional pero con algunas salvedades, por ejemplo, no adoptó el Euro y continuó manejando su moneda nacional: la Libra esterlina.

Los opinadores serios –porque me imagino que hay otros que no lo somos- salieron inmediatamente a considerar el “Brexit” como una muestra o exhibición del más puro y vulgar populismo. Para estos opinadores la democracia es el gobierno del pueblo donde no manda el pueblo sino las élites, y cuando el pueblo decide no lo llaman democracia sino eso, populismo o demagogia.

Un opinador –de los serios, claro- comparó la decisión de los británicos de salir del “Brexit” con la nominación –o posible nominación- de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos-. Es que el populismo se tomó el mundo si no miren lo de Trump, o lo del Brexit (estoy siendo sarcástico).

En primer lugar quiero decir que la democracia “es el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo” decía Lincoln; o sea que quienes toman las decisiones son las mayorías. En segundo lugar, afirmar que el Brexit es un golpe para la benéfica globalización, pues, siendo justos sí, es un golpe para el proceso globalizador. Ese opinador –de los serios- decía algunos años que la globalización era lo que permitía que Shakira cantara “Magia” –una canción de su autoría- no en Barranquilla su hogar local, sino en Shangai o en Sao Paulo, o en Miami. Para este opinador la globalización es eso: una simple internacionalización. Pues no, la globalización no es eso, no hay que confundir las dos cosas.  

Tercero, el pueblo británico o del Reino Unido (Inglaterra, Gales, Escocia, Irlanda del Norte) decidió irse de la Unión Europea porque se le dio la gana, así de simple. No somos británicos para saber el sentimiento nacional que los embarga; probablemente hay mucha gente allí que quiere permanecer en la Unión Europea, pero lo cierto es que la mayoría no, y precisamente no por eso podemos asegurar que los británicos sean brutos o estúpidos.

Cada vez que la gente toma decisiones en contra del sentimiento o de los intereses de las élites dicen que eso es populismo. Si no les gusta la democracia implanten en sus Estados otro tipo de sistema político: plutocracia, aristocracia u oligarquía. Dejen de decir que la democracia es simple y llanamente libertad. No, la democracia no es solo libertad, también es poder de decisión, para que la mayoría pueda comer, pueda dormir bajo un techo, pueda tener un trabajo, pueda educarse, pueda tener salud. La democracia no es solo que los ricos tengan la libertad de enriquecerse más y más a costa de los demás.

Sobre lo de Trump, pues… no hay que comparar una cosa con la otra; Trump es una expresión no de la democracia estadounidense sino de todo lo contrario: de la plutocracia; él está allí para que gane el candidato del status quo, así de simple. No es democracia, ni populismo, es simple y llanamente un engaño, una treta.

Volviendo al “Brexit”, creo que los británicos no merecen el calificativo de populistas, o de tontos, o de pendejos. Creo que los británicos simplemente ven problemas con la Unión Europea y no quieren naufragar con ese barco que está haciendo agua. La Unión Europea es un experimento globalizador muy interesante pero ha terminado siendo un instrumento para estandarizar y promover el sistema –ya caduco y anacrónico- de dominación. La Unión Europea les sirve a las transnacionales, al sector empresarial duro, a los industriales multimillonarios, pero probablemente no le está sirviendo a la gente del común. La gente quiere cooperar, quiere ayudarse unos con otros, quieren progresar, ¿para eso ha servido la Unión Europea? Quién sabe.

Hay mucha ignorancia sobre este tema; como la de aquel opinador que piensa que la globalización es poder cantar no en Barranquilla sino en Miami. No señor, eso no es la globalización; que es en realidad un proceso de acumulación de concentración de poder en pocos centros de impulsión como lo serían Estados Unidos y Europa. ¿Si ve que la cosa es diferente?

Sobre Trump, pues ni siquiera merece mayor debate, fue simplemente una pantalla para mostrar algo que no es o que no hay. Otra muestra de ignorancia de nuestros serios opinadores faranduleros.

La democracia –y no la demagogia- en teoría se presenta como el sistema político más legítimo y más moral; la decisión del pueblo de autogobernarse; sin embargo, este proceso implica equivocaciones, pero también determina que la gente quiere eso: vivir mejor; y eso no se lo están dando las élites. ¿Y es que el terrorismo, la injusticia, el hambre, la corrupción, la pobreza son muy bonitas? No, la gente está cansándose de los engaños, de la tretas, de las estafas, todas con la finalidad de enriquecer a esas élites más y más, a costa de todos; porque esas élites no llegan a ser el 1% de toda la humanidad.

En el tema del “Brexit” y de Donald Trump, y de la globalización, se cumple a cabalidad –con respecto a los opinadores serios o faranduleros- este aforismo: “La ignorancia es atrevida.”

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