El sábado pasado tuve la oportunidad de asistir al lanzamiento del libro del periodista Mauricio Vargas titulado "El mariscal que vivió de prisa". La obra narra la vida de Antonio José de Sucre de una forma novelada, según comentaron en el evento ya que no he leído el libro. La presentación del mismo estuvo a cargo del periodista y político venezolano Teodoro Petkoff, quien aprovechó la oportunidad, entre otras, para arremeter contra Hugo Chávez. Petkoff tocó un tema muy interesante, la presunta fundación de los partidos políticos por parte del Libertador y de otros próceres de la independencia.
En el caso colombiano existe la leyenda que afirma que Bolívar sería el padre del Partido Conservador, y que Santander sería el progenitor del Partido Liberal. Obviamente ni Bolívar ni Santander fueron los fundadores de estos partidos, ya que en el caso de Bolívar estas agrupaciones nacieron años después de la muerte del Libertador, y Santander no tuvo que ver nada con la creación del Partido Liberal.
Bolívar y Santander fueron dos figuras con grandes egos, Santander participó en el ejercito libertador como comandante de una de las divisiones de éste, y su liderazgo fue clave en el triunfo de la Batalla de Boyacá. Posteriormente se convertiría en Vicepresidente de Colombia con tan sólo 27 años de edad. Santander admiraba a Bolívar, y lo reconocía como su jefe, como su comandante. Entre tanto, Bolívar era descendiente de una familia rica de Venezuela, su padre fue un rico terrateniente, y se dice que tomó la decisión de hacer algo con su vida después de haber asistido a la coronación de Napoleón como emperador de Francia. Santander estudió Derecho en el Colegio Mayor de San Bartolomé, y también pertenecía a una familia acomodada de Villa del Rosario, una población ubicada al oriente de Colombia.
Tanto Bolívar como Santander habían sido influenciados por la ideas liberales de la Revolución francesa. El primero tuvo como preceptor a Simón Rodríguez, quien instruyó a Bolívar en el conocimiento de las ideas de Rousseau y de Voltaire. Santander, debido a su formación colegial de leyes, también compartió el ideario revolucionario de la Europa de finales del siglo XVIII.
Bolívar y Santander fueron masones, el primero fue iniciado en una logia parisina, y el segundo participó en los trabajos del primer taller masónico que hubo en Bogotá. Este dato es importante porque quienes pertenecían al Partido Liberal en el siglo XIX generalmente eran masones, y quienes estaban con el Partido Conservador eran totalmente adeptos de la Iglesia Católica.
La relación de Bolívar y de Santander empezó a fracturarse cuando el Libertador comenzó la campaña del Sur, y Santander le comunicó que no había más dinero para esta gesta, lo que le cayó muy mal a Bolívar.
Ambas figuras se convirtieron en rivales en el terreno político, pero sobre todo en el personal. Bolívar era de baja estatura y de voz chillona (según afirman los historiadores como Indalecio Liévano), en cambio, Santander era de alta estatura y de una gran elocuencia (según afirma Pilar Moreno de Ángel en la biografía sobre el hombre de las leyes), lo que en el campo de la conquista femenina fue una verdadera lucha.
Santander tuvo la difícil tarea de estructurar la administración pública de Colombia en la era post colonial, y Bolívar emprendió la campaña militar para no sólo libertar a Venezuela y Colombia, sino a Ecuador, Perú, y Bolivia. Por eso a Santander se le tilda de leguleyo y formalista en el ideario histórico colectivo, mientras que a Bolívar se le asigna el papel del gran héroe militar.
Bolívar y Santander eran de ideología liberal, ambos fueron masones, ambos eran demócratas y republicanos, y tal vez ambos fueron centralistas, ya que la discusión sobre la forma del Estado colombiano (federalismo vs. centralismo) sólo surgió posteriormente a la muerte del Libertador, aunque durante el periodo conocido como "La patria boba" ya había ocurrido un debate sobre este punto entre Nariño y Camilo Torres.
Lo que definitivamente distanció a Bolívar y a Santander fue el atentado contra la vida del Libertador, conocido como "la noche septembrina", cuando a Bolívar le tocó huir en pijama por una ventana del palacio presidencial ayudado por Manuela Sáenz. El juicio contra los autores del atentado determinó que varios seguidores de Santander habían participado en el complot, lo que también ocasionó que se pensara en una posible autoría intelectual del delito por parte del hombre de las leyes, sin embargo, jamás se probó con precisión esto último.
Bolívar y Santander no fueron los padres espirituales de ningún partido político, no fundaron formalmente ninguna agrupación proselitista, y en materia filosófica y política tenían más coincidencias que diferencias, sus peleas estuvieron principalmente en el ámbito personal, en la lucha de egos, y en el legado histórico que cada uno de ellos quería dejar para la posteridad, pero más allá no hubo nada.
Por lo tanto, esa leyenda que adjudica a Bolívar la paternidad del Partido Conservador, y a Santander la del Partido Liberal, es totalmente falsa históricamente. Incluso, como ya dije ambos pensaban en crear un Estado fuerte colombiano, de manera casi que centralista, como fue la idea de los conservadores del siglo XIX, pero ambos también fueron masones (lo que era una característica propia de los jefes liberales del mismo siglo), y de cierta forma ambos fueron anticolonialistas y totalmente laicos lo que los ubica en el ideario liberal.
Bolívar y Santander, grandes constructores del Estado colombiano, pero no fueron fundadores de partidos, y mucho menos grandes contradictores en el terreno ideológico, donde tenían más coincidencias que desavenencias.
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3 comentarios:
Si el libertador murió antes de conocer estos partidos a que se debe la siguiente expresión dada por el Libertador y recopilada en el libro el general en su laberinto.
«La verdad es que aquí no hay más partidos que el de los que están conmigo y el de los que están contra mí, y usted lo sabe mejor que nadie», concluyó. «Y aunque no lo crean, nadie es más liberal que yo».
El Anónimo comentador está tomando como histórica la expresión ficcional de un personaje de la novela "El General en su Laberinto". El comentador no distingue entre un los géneros histórico y de ficción.
Gracias me sirvió de mucho, interesante información.
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