¿Menos abogados, más ingenieros?

En el mundo actual, donde saber otro otro idioma es necesario, y donde estudiar una carrera tecnológica es sinónimo de avance, el estudio del Derecho aparece como un obstáculo para el desarrollo. Algunos de los teóricos y de los predicadores del libre comercio han sentenciado: "Los países deben formar menos abogados y más ingenieros". Los países, según ellos, son más competitivos si en ellos se forman más profesionales en carreras como ingeniería o computación. Me parece que esta premisa es equivocada y torpe, por no decir que absurda. Estados Unidos, la primera potencia del mundo, tiene el mayor número de abogados del planeta, la tasa de juristas por cien mil habitantes es la más alta allí, sin embargo, el país del Norte es la principal economía en la globalización. 

El desarrollo de un país no depende del número de abogados que tenga, depende del nivel educativo en valores que transmita a sus estudiantes. Formar más ingenieros, o más médicos, o más administradores de empresas, y menos abogados, no es la solución para los problemas de los países. Los mercachifles del libre comercio dicen que países como Japón, o Singapur, o Corea del Sur, han alcanzado niveles de desarrollo deseables gracias a la inversión que se hace en tecnología, sin embargo, lo que no dicen estos promotores de la competitividad es que estos países son culturas milenarias donde la educación en valores es el centro de estas sociedades. Es secundario en estos Estados el tema de los abogados, o de los médicos, o de los ingenieros; los niños en el Japón, por ejemplo son instruidos en valores como la lealtad y la conciencia colectiva, y no necesariamente les enseñan a componer neveras o aspiradoras en el jardín infantil.  

"Más abogados, más pleitos" decía en televisión uno de estos mercachifles de la competitividad, qué ignorancia tan grande, los abogados precisamente nos formamos para evitar los conflictos, para pacificar los ánimos, para aplicar la justicia, para armonizar la sociedad. Los conflictos son inherentes a la naturaleza humana, no los hemos creado los abogados, más aún, si se acaban los abogados seguirán creándose conflictos entre los hombres, porque es natural al ser humano pensar diferente, actuar diferente, sentir diferente, y por lo tanto los hombres siempre chocarán entre sí.     

La educación en valores es más importante que la educación tecnológica, o que la educación en idiomas. La humanidad necesita mejores personas, y no necesariamente más médicos, o más ingenieros, o más arquitectos, o más abogados. La crisis de la humanidad no es por falta de tecnología, es por falta de conciencia social, por falta de cooperación, por falta de valores éticos y morales. 

Dejen en paz a los abogados, no somos los culpables de los pleitos, al revés, somos los profesionales del Derecho los elegidos para resolver estos conflictos con armonía y con justicia.       

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me parece muy verdadero su descargo, me gustaria ser abogada en un futuro, no me identifico para nada con lo que dicen de los abogados, todo lo contrario, la justicia y la etica son mis guias, no se puede poner a todos en la misma bolsa. Saludos de Buenos Aires!
Emi