Juan Manuel Santos anunció
en el día de hoy que Germán Vargas Lleras será su fórmula vicepresidencial para
el período 2014-2018. No fue sorpresa, todos los medios de comunicación aseguraban
que esto sucedería. Era un secreto a voces.
El rumor había generado
ciertas reticencias en determinados círculos de la denominada Unidad Nacional.
Sin embargo, era obvio que el exministro y exsenador era el candidato natural
para esta posición. Vargas Lleras, en su empeño por ocupar el solio de Bolívar,
debía aceptar esta nominación; Juan Manuel Santos, para reelegirse, debía estar
acompañado por Vargas Lleras. Es una relación de mutuo interés entre estos dos
políticos.
No obstante, en las
encuestas realizadas a finales del año pasado, el político bogotano y jefe de
Cambio Radical mostraba índices de aprobación bastante altos, incluso mucho más
protuberantes que los que tenía el propio Santos. Se llegó a pensar que Vargas Lleras
daría un salto al costado y que se enfrentaría con el Presidente. Pero esto no
ocurrió, ¿por qué? El exministro hubiera podido iniciar una campaña a la Presidencia
amparado en estos márgenes de favorabilidad, pero, eso significaría romper los
acuerdos de hace cuatro años que se fraguaron entre él y el Presidente, y por
otro lado, era probable que los partidos de la Unidad Nacional en su gran
mayoría apoyarían al Presidente en su reelección y no a Vargas Lleras. Lanzarse
a la Presidencia era una aventura.
Para el nieto de Carlos Lleras
Restrepo es más conveniente seguir la fila india, esto es, hacer de segundo de
Santos y lanzarse en 2018. La reelección de Juan Manuel Santos está casi que
cocinada, a él lo apoyan el partido Liberal, Cambio Radical, el partido de la
U, y un sector importante del partido Conservador. Esto le alcanza al
Presidente para ser reelegido, aunque no se sabe si aquello ocurrirá en primera
o en segunda vuelta.
Con el apoyo de Vargas
Lleras, Santos gana puntos dentro de los sectores que ven con desconfianza el
proceso de paz que se está llevando a cabo, y obtiene el apoyo de un político
que empezó como concejal de Bogotá, que ha presidido el Congreso de la
República y que fue ministro del Interior y de Vivienda. Vargas Lleras es un
político profesional, su nombre tiene mucho prestigio en varios círculos de
poder, y sin lugar a dudas será fundamental para que Santos gane la reelección
con mayor comodidad.
¿Podrá ocupar la Presidencia
en 2018? Eso depende de varios factores. El primero de ellos depende del éxito
que tenga en su labor como Vicepresidente. Santos acaba de asegurar que quiere
una Vicepresidencia más activa y más dinámica (¿fue una indirecta para Angelino?),
por lo tanto, es obvio que Vargas Lleras no será solo un Vicepresidente de
declaraciones mediáticas y de reportajes en los medios. No, él será un
Vicepresidente que podríamos llamar como ejecutivo. El segundo factor dependerá
de mantener cohesionada la denominada Unidad Nacional. El partido político que
apoya incondicionalmente a Vargas Lleras es Cambio Radical, eso se detiene por
descontado, ¿pero será que el partido Liberal lo apoyará también en cuatro años
en sus aspiraciones presidenciales? Al parecer no, porque Simón Gaviria también
quiere despegar en esa pista, y obviamente César Gaviria –su padre- lo estaría
apoyando. Los Gaviria mandan en ese Partido desde hace varios años. ¿Qué
pasaría con la U? Un misterio mayor, ya que este Partido empezó apoyando al
presidente Uribe, después a Santos, pero no sabemos si en cuatro años le jale a
una candidatura presidencial de Vargas Lleras. Tal vez, el presidente Santos,
uno de los fundadores de esta colectividad, le dé la manito a su Vicepresidente
por este lado.
El tercer factor, y no
menos importante, es el resultado del proceso de paz que se está llevando a
cabo, los diálogos de La Habana posiblemente terminen con la firma de un
acuerdo en el Gobierno y la guerrilla de las FARC. En una Colombia sin
conflicto armado interno, el papel y el rol de hombres como Vargas Lleras es
indefinido. Él tiene fama o imagen de hombre duro, ha sufrido varios atentados
contra su vida, y la gente lo asocia con sectores que históricamente han sido inflexibles
con la guerrilla. En un postconflicto, no sabemos qué papel juegue Vargas
Lleras, ¿será que se decantará por una imagen más social? ¿Será que asumirá el
rol de hombre de la seguridad contra lo que quede de factor de perturbación del
orden público en Colombia? No lo sabemos, sin embargo, su última actuación en
el Gobierno como ministro de Vivienda nos permite asegurar que Vargas Lleras en
estos cuatro años tratará de que lo asocien más con temas sociales, pero sin
descuidar su faceta anticorrupción y promilitarista.
El cuarto factor,
determinante para Vargas Lleras ocupe el solio de Bolívar en 2018, es su
competencia por este cargo. Simón Gaviria quiere un puesto en el Gobierno de
Santos para impulsar su carrera por la Presidencia. El hijo del expresidente ya
fue representante a la Cámara y actualmente es el director del partido Liberal.
Gaviria Junior quiere repetir la hazaña de su padre. Un fuerte competidor para
Vargas Lleras. Por otro lado, el sector uribista no se puede desdeñar. Si el
proceso de paz con las FARC termina siendo un fracaso, es indudable que los
opositores de Santos ganarán réditos con este asunto, y en 2018 tal vez lleguen
más fortalecidos después de haber disfrutado de las mieles del poder en la Rama
Legislativa. No creo que Óscar Iván Zuluaga derrote a Santos en 2014, pero tal
vez un Francisco Santos u otro uribista sí pongan a temblar a Vargas Lleras en
2018. El general en retiro de la Policía Óscar Naranjo sería también otro
competidor a derrotar. No sabemos al sol de hoy dónde lo pondrá Santos, el
exgeneral quería ser Vicepresidente, pero eso ya no se pudo. ¿En qué cargo
cuadra mejor Naranjo? ¿De ministro de Defensa? Creo que allí tendría muchas
dificultades porque el exdirector de la Policía es general de una fuerza
distinta al Ejército, y en las Fuerzas Armadas colombianas quien tiene la primacía
es esta Fuerza. Poner a un exgeneral de la Policía como ministro de Defensa
generaría reticencias por aquello de las susceptibilidades del honor militar.
Lo más probable es que Naranjo termine de embajador, o en una Alta Consejería.
Creo que esto le da más combustible a la candidatura presidencial de Vargas
Lleras. Otros candidatos como Peñalosa, Martha Lucía Ramírez, Clara López, etc,
etc, no creo que le hagan cosquillas al nieto de Carlos Lleras en 2018, pero la
política es tan cambiante que cualquier cosa podría pasar.
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